martes, 11 de octubre de 2011

La corza blanca (Leyenda de Aragón) continuación

Esteban va detrás de la cierva blanca como la nieve y del rebaño de ciervas. Intenta atraparla pero se acerca a un precipicio y debajo había un lago con un agua cristalina. Un monte  de pinos con un aire limpio y puro.
 La cierva alfa guía a su manada  hacía el precipicio, caen todas las ciervas por el y mueren todas.
 Esteban al ver a las ciervas  muertas en el agua del lago que estaba lleno de  sangre,  empezó a llorar por lo que había hecho. Ahora tendría que lamentarse toda su vida por lo que había hecho. Bajó hasta el lago donde se encontraban las ciervas muertas.  Se acercó a ellas, las observó atentamente y se dio cuenta de que una de las ciervas era la hija de Dionís , Constanza, que era hermosa y blanca como la luna.  Al darse cuenta de que era ella se lamentó mucho de lo que había hecho  y juró que no volvería a ese lugar nunca más.