La cierva alfa guía a su manada hacía el precipicio, caen todas las ciervas por el y mueren todas.
Esteban al ver a las ciervas muertas en el agua del lago que estaba lleno de sangre, empezó a llorar por lo que había hecho. Ahora tendría que lamentarse toda su vida por lo que había hecho. Bajó hasta el lago donde se encontraban las ciervas muertas. Se acercó a ellas, las observó atentamente y se dio cuenta de que una de las ciervas era la hija de Dionís , Constanza, que era hermosa y blanca como la luna. Al darse cuenta de que era ella se lamentó mucho de lo que había hecho y juró que no volvería a ese lugar nunca más.